Tuesday, February 14, 2012

Quizás conmigo, quizás con otra.

Untitled. Wilhelm Sasnal, 2003
Qué escondes?


Estoy cansada de seguir la ruta pautada, el protocolo establecido por las máquinas sociales liderando sin pasión. Sentir, es lo que se quiere, es lo que se espera, al menos de un ser con corazón. Sin embargo la vida se ha reducido a la lógica, y a un manual de reglas sin sentido aceptado por todos como moral; libro regulado que veta mis sentimientos y los embarga como nulos, pensamientos absurdos en un mar de sucia perfección que descarrila la belleza en el mundo en donde vivo. Y no el de mi cabeza, aquél que tanto imagino, sino el real.

El rezagado se encuentra a sí mismo cuando busca la fe, porque tiene el valor de enfrentar lo que por ley es bueno en la corte de los valores, pero tu vida se ha basado en apuntar al diferente, a enseñar en teoría lo que con práctica se logra y la dicha de nunca pecar. Si existe un verdadero Dios, éste verá más allá de los hechos, siendo tú culpable de caer en la tentación de juzgar a quién apenas conoces, pues más llamativo es el humano sideral que disputa, el que no piensa igual, el que vive en otra onda.

Mujer argumentada con supuestos ideales, tus prioridades son distintas que las mías, pero esto no te hace mejor que yo. Discierno en todas tus decisiones, te restriego con sarcasmo una sutil (nada sutil) respuesta, incapaz de disimular que soy anómala y que, honestamente, no me importa lo que piensas. Cometiste un error al juzgarme, siendo Dios el único que califica, pero no te juzgaré por ello. Piensas que no hay nada malo en ti, pero de nuevo, no te juzgaré por ello. Continúa tu vida mintiéndote, mezclándote con el resto, disfrazada de robot en trajes de lino, escuchando la música de moda y utilizando la jerga moderna. Todos verán tarde o temprano eso que ocultas, eso que tienes miedo a reconocer… eres imperfecta, como yo.

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