Saturday, March 17, 2012

Confusión, persona non grata.


Louise Bourgeois, 2004.
Bien arriesgado es el juego que atiendes, aún con el cauteloso tocar de tu voz distante.

Me tientas con la sombra de una aspiración envejecida, desafías mi voluntad oprimida con la vigilia de un sueño. Atentas contra cada certeza, contra cada andar que concierto, prejuiciosa ante cada convicción.

Sí, eres una visitante inmutable de la desgracia.

Llegas y te vas sin ser llamada, arrastrando un perdón que poco se escucha, desembocando retaliaciones permanentes en el balance que tanto me costó alcanzar. Titubeo con tu llegada, llenando de vacíos las páginas de mi escritura.

Me irrita la incertidumbre que propicias, pero más que nada, la firmeza de tu presencia en cada movimiento.

Paradoja prominente que seduce con la duda, no llegues mientras ligo palabras y versos nuevos en el éxtasis del estupor. No llegues con una realidad impalpable, con placeres aterradores y dulzuras horrendas. No llegues con la esencia de la vida en secreto, no llegues con el máximum del escepticismo. Simplemente, no llegues. Ocúltate en el olvido, sabotea otro individuo con saber firme.  

Enferma confusión, entre estar y no estar, merodea jugando al descuido y vete sin retornar.

Monday, March 12, 2012

Para ti, que vives en otro mundo

Desire. Monica Bonvicini, 2006.
El deseo inmerso en el cultivo de nuestros sueños.


Sueñas con volver sin haberte ido, con lágrimas ácidas deslizándose en tus mejillas.

Sueñas con no condenarte a la rutina, a los abrazos sin pasión, a las conversaciones del clima, a las sonrisas fingidas y a la escritura forzada de un tema moderno.

Sueñas cosas que nunca fueron, que nunca serán, porque puedes desafiar el saber absoluto, el desastre catártico de la verdad aparente.

Sueñas con la eternidad de un instante, descansar en la añorada época intermitente, burlándote del segundero del reloj.

Sueñas con decidir si estas ida o presente, con esa manera tan tuya de ignorar la realidad como quien no existe en ella.

Sueñas con resistirte a la racionalidad que te detiene, jugar a ser Dios cuanto te valga, incluso más allá del despertar.

Sueñas con cauterizar aquella fisura que cuela el freudiano deseo reprimido, esa lacaniana inhibición activa, esa historia avejentada vuelta cenizas, que se despliega a su gusto en la plena realidad, sin disculpas, sin consentimiento.

Sueñas con contener el divagar sin viento en tus noches de poco ensueño, en las paredes de tu alma, derrochando la sigilosa pero siempre constante sabiduría oculta en la consciencia.

Sueñas con olvidar lo vivido, porque aún en sueño, te lastima, te hace sufrir, despiertas perdiendo la cordura, queriendo irte, escapar de la vida misma con frustración fermentada.  

Sueñas con dejar de soñar, porque tu deseo (no tan) oculto se reduce a una almohada, a dos ojos cerrados, y en un rozar de pestañas, recreas la existencia que no existe de verdad.

Ya despierta, ya ríe de tus ilusorios pensamientos, ya ponle un final al destiempo, ya deja de soñar.

Sunday, March 4, 2012

Encontrando paz en el arte

Velada de Santa Lucía. 


Es fácil perderse en un mundo subjetivo, en donde la percepción estética recae en la conciencia de aquel que atreve a nutrirse de la obra de alguien más. Alguien, que contribuye a la cultura con un deseo ferviente de transmitir motivaciones y significados, una fabulación plástica simbólica con una problemática existencial, difícil de comprender, de recrear. Es que el arte es así. Y cómo no serlo, encerrando siempre un contenido alegórico inspirador, tematizando planteamientos sobre la condición humana, la búsqueda de la identidad, la primacía de la expresión liberal, los temas prohibidos -lo morboso, sexual, fantástico- deténganme, porque nunca acabo. Admiro a quien tenga un apetito vehemente de cambiar la vida, de renovar los lenguajes artísticos, que pone en acción a nuestras mejores mentes. El artista, plasma su visión interior, su realidad, y despierta desconcierto en todo humano con sed latente de un nuevo mundo circuncidante.

Si, el arte inspira. Toca a tu puerta y te pide entrar. Rodearme de ella es mi delirio, es mi paz. Deambular en un abismo de color, de mensajes ocultos, de pensar en el vacío. Si, el arte es una droga sin desintoxicación, una vía sin retorno, una enfermedad sin cura. Es vivir para comprender lo inmutable que subyace la verdad aparente. Es vivir para la pasión, para liberarnos de la tiranía del racionalismo. Un instante eterno de comprensión. En fin. Soy devota de la misteriosa labor de la plasmación emocional, válgame la redundancia, pues esta explícito en mi humilde prosa.